miércoles, 7 de septiembre de 2016

Los rostros por detrás de la fuerza

Existe un grupo de personas que todos nosotros conocemos, los vemos, pero seguro que no los miramos. Estas personas utilizan toda su fuerza física para lograr el sustento de sus familias. Usan todo su tiempo para trabajar como cargadores y carretoneros en el mercado Ernesto Fernández de Masaya.

¡Son hombres y mujeres con una rutina muy dura de trabajo, que empieza desde la 1 de la mañana, y no tienen una hora definida para terminar!

Agustìn ahora es presidente de las cooperativas de Carretoneros en Masaya.  Juan Carlos López/ Fotografía
Por esos y otros motivos, creemos que sea justo hablar un poco de sus vidas, para conocer más de su mundo, sus dificultades y sus logros, hombres y mujeres que aportan  fuertemente a la economía de la ciudad de Masaya.


Agustin el hombre enamorado del mercado 

http://picasion.com/   Agustín López tenía 31 años cuando llego al mercado para trabajar con sus primos que también eran carretoneros. Su día comenzaba desde  las 1 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Paso el tiempo y aquel hombre que llego al mercado sin una moneda en el bolsillo de su pantalón, hoy tiene 8 carretones que alquila, además con la ayuda de su esposa logro obtener un tramo en el que vende naranjas al por mayor y al detalle.  

 En el mercado de Masaya actualmente existen 3 cooperativas de carretoneros. “Antes de crear las cooperativas, los carretoneros no tenían una buena imagen con toda la gente, porque nosotros no éramos organizados y muchos no hacían su trabajo con responsabilidad, y eso dificultaba la relación con los comerciantes y los otros clientes”. Nos explica el señor Agustín López, líder de cooperativas de Carretoneros del Mercado Ernesto Fernández. 
 



De carretonero  a electricista

   

Como los demás carretoneros, el señor Julio tiene su rutina muy dura, empezaba desde de la 2 de la mañana, y ya a las 9: 00 am había logrado recoger el dinero suficiente para comprar el pan de cada día a su familia.

Una de lo objetivos de vida de Julio,es  que sus hijos sean grandes profesionales.  Juan Carlos López / Fotografía

El pago por viaje hecho es inmediato, los comerciantes contratan a los cargadores o carretoneros, y le dicen cuanto necesitan que lleven, y hasta donde. Por este motivo,  estas personas tienen dinero en efectivo diariamente, que puede que no sea mucho, pero después de un día entero de trabajo, vuelven a sus hogares con dinero en sus billeteras. 

En el mercado existen 3 problemas que afectan directamente a estos hombres, que son el consumo del licor, que afecta a la mayor parte de este gremio. La otra son los juegos de azar, y la última es que el dinero que ganan se lo gastan en el pago de citas con mujeres que laboran como trabajadoras sexuales. 


Julio es un hombre que está orgulloso de ser carretonero y muchos de sus logros se lo debe a este trabajo: 


“Estoy muy contento con todo lo que he logrado, desde que empecé a trabajar como carretonero aquí en mercado de Masaya. Ahora soy electricista y todo que tengo, lo compre con el dinero de mi trabajo como carretonero”. 

Actualmente Julio, es el  es director de una de las 3 cooperativas, y tiene 110 hombres a su cargo. Su sueño es preparar profesionalmente a sus 5 hijos para tengan un futuro mejor, y que su herencia no sea el oficio de carretonero.


Luis Jiménez  es el  héroe de su familia

Luis comienza su dia desde las 1 de la madrugada. Juan Carlos López/ Fotografía

Todos los días Luis sale a las una de la mañana de su casa, a cargar su carretón de canastos con frutas y verduras, y  se queda haciendo este trabajo hasta las 8: 00 am. Después se va al tramo donde está su esposa, para ayudarla a preparar tortillas. De ahí ellos sacan un poco más de dinero, que ayuda con el sustento de su casa y sus hijos.

http://picasion.com/“Tengo mi profesión de panadero, pero por los precios y el costo de las cosas, empecé a hacer este servicio de carretonero. Después, saque mi licencia y el pago de la cooperativa para poder trabajar oficialmente”, nos explica don Luis Jiménez. 

 En comparación de un trabajo con el otro, don Luis dice que del carretonero es mucho más complicado, porque hay gente que pelean con ellos, que son mal educadas con los cargadores, y el oficio de preparar tortillas es mucho más sencillo y tranquilo.

Él tiene dos hijos, uno que trabajo en el mercado, y otro que ya está en la universidad. “Ganamos poco, pero es suficiente para mantenernos nuestra familia de una forma digna y feliz!”, dice orgulloso Jiménez.







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